Día Internacional de la Mujer: radiografía laboral en España

Este 8 de marzo de 2025 se cumplen 50 años desde que la ONU declaró el Día Internacional de la Mujer. Fue dos años después cuando España, y el resto de países de la ONU, reconocieron oficialmente la fecha y lucha por la igualdad. A continuación, analizaremos la situación actual del empleo en España, utilizando datos oficiales para ofrecer una visión completa de los desafíos y avances.

Análisis de la situación de empleo

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2024, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de desempleo en España se sitúa en el 10,61%. Al analizar los datos por género, se observa una diferencia de 2,31 puntos porcentuales, con una tasa de desempleo del 11,83% para las mujeres y del 9,53% para los hombres, aunque se percibe una tendencia a la reducción de esta brecha.

Al desglosar los datos por edades, la tasas de paro más elevada se encuentra dentro del rango de 16 a 24 años, superando el 20% y alcanzando casi el 40% entre los menores de 20 años. Las mujeres presentan tasas de desempleo superiores en todos los grupos de edad, siendo la franja de edad de menores de 20 años donde existe una brecha de casi 14 puntos (46,72 de desempleo femenino frente a un 32,75% masculino). La menor disparidad se registra en el grupo de 25 a 29 años, con un 14,39% de desempleo masculino y un 14,87% femenino.

En cuanto a la ocupación, durante el año 2024 se produjo un aumento de más de 468.000 personas empleadas. Del total, el 44,30% fueron mujeres y el 55,70% hombres.

Al analizar la participación activa en el mercado laboral, medida por la tasa de actividad, se observa una clara disparidad entre géneros. Los hombres muestran una tasa de actividad del 63,67%, superando el 53,58% registrado por las mujeres. Esta diferencia, que supera los 10 puntos porcentuales, ha aumentado ligeramente desde los 9,48 puntos de hace un año.

Profundizando en el análisis y considerando la variable edad, las diferencias se acentúan. La tasa de actividad masculina supera el 90% en el rango de 30 a 54 años, alcanzando su punto máximo entre los 35 y 39 años (93,97%). En contraste, las mujeres no alcanzan el 85% en el mismo rango de edad, con un pico del 84,80% entre los 40 y 44 años.

Brecha de género en España

La brecha de género en la actividad laboral también varía según la edad. La menor diferencia se observa entre los 25 y 29 años, con 2,02 puntos porcentuales. A partir de ahí, la brecha se amplía, alcanzando un máximo del 13,08% entre los 60 y 64 años.

Respecto a las ramas de actividad, la distribución de mujeres empleadas en los distintos sectores económicos se ha mantenido relativamente estable en 2024,  situándose en un 46,4%. Las ocupaciones con mayor concentración femenina siguen siendo «Actividades de los hogares como empleadores de personal doméstico» y «Actividades sanitarias y de servicios sociales», con un 89,0% y 76,9% respectivamente, mostrando incluso un aumento en comparación con el año anterior. Otro sector con alta presencia femenina es la educación, donde las mujeres representan el 68,7% de la fuerza laboral.

Por otro lado, en sectores tradicionalmente masculinos como la «Construcción» y las «Industrias extractivas», la participación femenina se mantiene baja, con un 9,0% y 21,7% respectivamente. Sin embargo, se ha observado un incremento en el número de mujeres empleadas en estos sectores durante el último año, en comparación con los hombres.

Las mujeres «disparan» el empleo a tiempo parcial

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística revelan una marcada disparidad de género en el empleo a tiempo parcial. El número de mujeres empleadas bajo esta modalidad (2.252.600) supera significativamente al de hombres (806.400), lo que representa que el 73,6% del empleo a tiempo parcial está ocupado por mujeres.

En todos los motivos declarados para trabajar a tiempo parcial, la presencia femenina es mayor que la masculina. Particularmente, en razones como el cuidado de niños, adultos dependientes o personas mayores, así como otras responsabilidades familiares o personales, la diferencia es abrumadora. Los porcentajes correspondientes a mujeres alcanzan el 93,3% y el 79,0%, respectivamente, lo que evidencia una distribución desigual de estas responsabilidades.

Diferencia salarial: una realidad presente

Según la Encuesta de Estructura Salarial del año 2022, la más reciente disponible, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se observa una diferencia salarial significativa entre hombres y mujeres. El salario medio masculino se sitúa en 29.382 euros, mientras que el femenino alcanza los 24.360 euros, lo que representa un 82,9% del salario masculino.

A pesar de esta disparidad, se ha producido una reducción en la brecha salarial en los últimos 10 años. Esta diferencia ha disminuido en 6,9 puntos porcentuales, pasando del 76,0% en 2013 al 82,9% actual. En términos absolutos, en 2013 el salario medio de un hombre era de 25.675 euros, mientras que el de una mujer era de 19.515 euros.

Al analizar las bases de cotización, según datos de septiembre de 2024, se observa una diferencia significativa entre géneros. Las mujeres alcanzan una media de 2.020,13 euros, mientras que los hombres llegan a 2.348,06 euros. Además, el número de mujeres cotizantes (8.207.600) es inferior al de hombres (8.756.647).

Esta disparidad también se refleja en las pensiones. En diciembre de 2024, la pensión media total de las mujeres era de 1.033,89 euros mensuales, representando solo el 68,2% de la pensión media masculina (1.516,10 euros). Al desglosar por tipo de pensión, en las de jubilación, las mujeres reciben un 69,2% de lo que reciben los hombres (1.149,09 euros frente a 1.661,70 euros). Curiosamente, en pensiones de menor cuantía, como viudedad, orfandad y a favor de familiares, las mujeres reciben cantidades similares o superiores a los hombres.

Conclusiones

Los datos recopilados revelan que, a pesar de los avances, España enfrenta desafíos significativos en la consecución de la igualdad de género en el ámbito laboral. Ante esta realidad, empresas y departamentos de People Culture tenemos un papel crucial como motores de cambio positivo: la implementación de políticas y prácticas inclusivas, la promoción de cultura organizacional que valore la diversidad y equidad, y la formación y sensibilización de las personas en igualdad de género, nos ayudarán a cumplir nuestra responsabilidad social y a construir un futuro laboral igualitario.

Escrito por María Yébenes Marcos, Manager de People Culture en Ponter Abogados

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